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LETRAS VS PALABRAS - El weblog de Graciela

EL INSOMNIO

EL INSOMNIO

INSOMNIO

Sin lugar a dudas el insomnio es una calamidad de miles, pero eso no me consuela.

 Respiro tranquila, trato de dejar la mente en blanco pero el sueño se me niega y ni siquiera los viejos consejos, como la tila con leche o la cuenta de ovejitas, sirven para cerrarme los dos platos que se me han incrustado por ojos.

Durante la primera hora la vigila fue sosegada, a la segunda los pies comenzaron a enredarse en las sábanas y si no me levanto me hubieran comido las miles de  hormigas, que ya sentía caminar invisibles por todos lados.

Pienso en mi insomnio y siento que me pica la nariz, el hombro y la rodilla, que me molesta la espalda, la cadera y la nuca y si intento rascarme sin despertar a mi pareja, entonces, invariablemente la pica se extiende más allá del alcance de los brazos y  me obliga a retorcer  el cuerpo en lo que termina siendo una inútil tentativa  de alcanzar con la mano el lugar exacto de la comezón.

Creo haber logrado superar el trance pero... ¿Porqué esta noche la planta de mi pie estará tan lejos del alcance de mis uñas?

          Comparto la cama con mi marido y su suave ronquido, apenas detectado, me pone los cabellos tiesos... yo no duermo... mis uñas se clavan en el colchón, tuerzo la cabeza y pienso en voz alta: -“Duerme ahora, que ya reiré yo en la siguiente ocasión”.

Más reír, lo que se dice reír,  no río.  Mientras observo el sueño placentero del despreocupado durmiente me vuelco boca abajo, intento esconder la cabeza, como avestruz humano, bajo la almohada, y en son de protesta, acerco los pies a la testa, con lo que asciende hacia el techo la parte de tu humanidad que siempre he usado para sentarme.

Basta ya!!!!!!!!, imposible soportarlo, la última tentativa será un asalto al refrigerador.

Quizás así logre conciliar el sueño antes de que el gallo intente despertarme.  ¿Gallo en medio de una ciudad?... bocinas.... seguro que eso es lo que no me ha dejado dormir. Segurísimo, ya tengo una excusa ¿o es el insomnio el que tiene la excusa?

El estómago pesado comienza a trasmitir  la sensación a mis párpados. Rápido! a la cama, intento no perder esta oportunidad. Olvido la visita al baño, no doy oportunidad a que se me vuelva a escapar el sueño antes de poder  disfrutarlo.

Y ahora... esos ronquidos a mi lado no me dejan concentrar en lo esencial... repaso el nombre de las siete plagas de Egipto, y hasta de los treinta y tres reyes godos... a esta altura de los ya ni idea tengo de si lo que más me preocupa en este momento es dormir o recordar cuáles son las cien recetas para combatir el insomnio,

La de la abuela, un té de lechuga. Imposible, ni una hoja verde en la casa. La última se la di como cena a la tortuguita; me levanto, corro a su pecera pero, ¡siempre he dicho que Manuelita goza de excelente apetito!, no importa, la otra receta es la de la  miel con leche ¿o sería leche con miel?

Pero ¿dónde se encuentra miel a esta hora de la noche? De un puntapié quito el edredón y con el rabillo del ojo miro hacia su lado. Él no se ha inmutado y sigue durmiendo.

Ya me he despabilado totalmente.

¡Chocolate caliente!, ¿sería para el insomnio? El asunto no es dudar. Y ahora no habrá problema. Estoy segura de que en casa tengo chocolate. Manos a la obra, voy a prepararlo. Pero ¿cómo hacerlo sola?, es bebida de dioses, y mi amor es demasiado para albergar egoísmos. Decido compartirlo con ese venturoso mortal que duerme tan plácidamente a mi lado.

No me preocupa despertarlo.  No tengo dudas que me lo agradecerá y  luego del chocolate ambos caeremos dulcemente en brazos de Morfeo.

Error. ¿En qué me he equivocado?...  Ahora somos dos los que tenemos los ojos como monedas de cinco duros mientras de nuestras  bocas escapan descorazonadores ayes.

Realmente el chocolate no fue buena idea.

Hoy no dormiré pero de algo estoy segura. En el futuro me aseguraré de que no falten hojas de lechuga en el refrigerador y de no volver a beber chocolate caliente de noche... y menos con veintisiete grados de temperatura... me olvidé de que es verano.

¿No es cierto que el insomnio de a dos es más llevadero?

                                                                    Graciela Vera

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