A LO YORUGA
Yo soy una ñata,
petisa y yoruga.
Mis viejos me criaron
degustando novillos a las brasas,
mollejas y tripas gordas.Pagaría dos vintenes
por un buen plato de ñoquis
a la hora de morfar.En la zabeca uso vincha,
no me rosa una zafaduría
proveniente de un nabo cualquiera,
menos aún de la indiada.Hay quién dice
que hice un macanazo,
solo dejé un machete,
pelo a pelo por un macho.Dijeron que era un jovato
al que le gustan los jesuitas,
los que se saborean con el té,
o con un garoto con leche.Que yo era una loca,
que me fallaba el marote,
-sepan que no hay loro manso
cuando le tocan la cola-,
que de facho no tiene nada
y sí, mucho en el balero.Lorearon que nos ennoviamos,
se asustaron las viejas del barrio,
no nos apichoneó la gentuza
que solita se cavó la fosa.Si este gallego hoy toma un cimarrón,
esos tilingos la erraban.
Yo seré muy turra y terca
y de cuando en cuando me tuso,
pero que el gallego toquetea,
eso se los garantizo
y cuando pídole una ‘traviata’
el solícito me pone a Verdi
y sigo desmayada y hambrienta.Yo aseguro que es un pibe
para las cosas del coure,
tenemos flor de metedura,
y siempre andamos de farra.Eso sí, añoro los pagos orientales,
aquí por milonguear se van de marcha;
aperitivo es buen vino y mejor tapa,
difícil resulta lambisquear
cuando una birra te acondicionan.
Esta es tierra de lastrones
y con el andaluz conque hice yunta,
a ambos nos gusta morfar.Escribo porque añoro
un kilo de aguja
pa’un puchero.
El sabroso dulce de leche
aquí es extraño,
y si me pongo a lloriquear
puedo seguir contando intimidades,
por eso antes de resultar pesada,
simplemente me las pianto.
Graciela VeraPara entenderlo (sin malas interpretaciones) se recomienda
recurrir a un diccionario con terminología uruguaya, no sirve
la argentina que se diferencia bastante de la yoruga.
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