Blogia
LETRAS VS PALABRAS - El weblog de Graciela

Poemas del libro: ATESORANDO RECUERDOS

PERDÓNAME

PERDÓNAME

   Perdóname
por las flores silvestres que mis ojos
no se detuvieron a mirar;
por los arroyuelos
que se escurren entre pedruscos
sin que mis pies sintieran
el frescor del agua cantarina.
   Perdóname
por las noches estrelladas
que se fueron sin que mi rostro
se alzara para rendir tributo
a la inmensa elocuencia del cosmo;
por las playas vestidas de oro,
por la blancura de la nieve,
y el verde de las hojas
que por cotidianos
mezclo sin atención
en mi paleta de mal pintor.
   Perdóname
por la pulpa jugosa
del fruto apenas saboreado,
por los trinos
que no me detuve a escuchar,
por la niña que dejé de ser.
   Perdóname, vida.


        Graciela Vera

EL CIELO Y LA TIERRA

EL CIELO Y LA TIERRA

El cielo y la tierra, eternos amantes,
se enamoran de colores y olores
y se hablan en susurros de vientos.
Se rozan apenas, temerosos de iras...,
copulan en silencio en noches de luna
y llora la lluvia el espacio que los separa.
Hay ardor en el abrazo de la derrubia,
--tierra y agua en salvaje eyaculación—
lujurioso estalla el firmamento;
se besan en sublime encantamiento,
auroras boreales que no aguardan,
revientan en el placer, lejos del fuego.
Los amantes oyen la eterna canción,
sacerdotisas, astronautas y dioses,
lo sagrado y lo profano en obscena coyunda.
Les espían, adivinan sus suspiros,
--eructos de fuego desde excitados cráteres—
y huyen incólumes, impolutos,
a horcajadas de centauros y oriones.

   
                     Graciela Vera

Ilustración: pintura 'El cielo y la tierra' de Jorge Omar Galdeano

NO TE LLAMES POETA

NO TE LLAMES POETA

 

Dices que eres poeta,
¿cómo puedes considerarte tal
cuando la vida es toda ella,
por sí sola inmensa poesía?

¿Te dices poeta
porque elevas cantos transformándolos
en casi inexistente partícula del todo?

No te llames poeta,
cuando no tienes en tus ojos
reflejada la inocencia de un niño.

No te llames poeta,
si de tus ojos las lágrimas no afloran
ante una flor que muere.

No te llames poeta,
si nunca sonreíste
enamorando a la tristeza.

Tú no eres el poeta,
quizás tan solo seas
quién vive en el poema.

                                                  

             Graciela Vera

Ilustración: 'Poesía de su beso' pintura propiedad de Galería Dante

OCHO LUNAS

OCHO LUNAS

 

Ocho lunas llenas te han visto,
los ojos cual estrellas mañaneras
soñando con el hijo que vendrá,
ocho lunas llenas han acunado
en tu pecho un ángel de amor
que espera la novena para ser.

Ocho lunas llenas has vivido
siguiendo caminos de esperanza,
sabes que tu cuerpo se abrirá,
tu sabia se derramará,
cuando nueve hayan pasado,
desgarrando, arrancando al dolor
la sonrisa más tierna.

Ocho lunas llenas colmaron
de néctar tus pechos,
calostro que se transforma,
dulce, delicado fluido de vida
que a la novena amamantará
de tu vida nueva vida.

Ocho lunas llenas se perdieron,
únicas en el calendario de tu existencia,
repetidas mil veces en mil sitios,
nunca igualadas, siempre iguales,
a la novena te sabrás madre,
como nunca mujer.


                                

          Graciela Vera

EL TIEMPO

EL TIEMPO

El tiempo se desmorona,
horas inertes,
muertas en minutos,
desechas en décadas,
reloj insensible
marcando esperas,
agotando días,
entre noches sin tiempo.
Por ventura existen
los relojes de sol.
Ellos saben como
detener el tiempo en un ocaso.


    Graciela Vera

NOVIA DEL MEDITERRÁNEO

NOVIA DEL MEDITERRÁNEO

 

Asomas a la noche vestida
de esmeralda y rubíes
mientras cien vírgenes, entre tarantos
y chirimías, bordan tu traje nupcial.

El Mare Nostrum desfallece a tus pies
prometiéndote el cielo
en su inmensidad azul.
Platino y oro que deslumbra los ojos,
¡ay!!! quién te pudiera esconder
en cofre de marfil,
para guardar tu belleza
por siempre reflejada
en el destello de mil turquesas,
susurros de aguas cantarinas.

Eres hermosa entre las hermosas,
graciosa novia del Mediterráneo,
hay filamentos de luces
enmarcando las sombras,
cuál si jugaran a las escondidas
entre cien palmeras.
Almería yo te canto porque te amo.
déjame quererte así,
salerosa y guapa.

                        Graciela Vera

MI MUÑECA NEGRA

MI MUÑECA NEGRA

 

Morena, cara redonda,
cuerpo de trapo,
brazos y piernas informes,
tan diferente en aquel mundo
de princesas de pelo rubio
y mejillas rosadas,
con su cabeza pequeña
del color del azabache
Cuántos sueños de cenicientas
y hadas madrinas
compartí con ella,
mi muñeca negra.


       Graciela Vera

¿DÓNDE VA LA MÚSICA?

¿DÓNDE VA LA MÚSICA?

 La sinfonía llora;
el acetato estalla
arrastrando quimeras;
la música se escribe
en un criptograma de sangre,
entre mariposas azules
prisioneras de una escala.
Se torna cromática la melodía.
Doncellas, matronas
y mujerzuelas sin castidad
en la postrimería de la jornada
entronizan la virginidad
salmodiando monótonas arias.

¿Dónde va la música
cuando las notas mueren?

Las respuestas se esconden,
jacarandinas en ridícula canonización
entre florilegios cuasi olvidados.
La batuta cae de la mano,
disonancia que no pide indulto;
indómita cabalga la amazona,
Pegaso abre sus alas
y la noche deglute pentagramas
en un festín de aberraciones.

¿Dónde va la música
cuando las notas mueren?


             Graciela Vera

 Ilustrado con 'Sinfonía' foto de Raúl Villalba

MANOS AL VIENTO

MANOS AL VIENTO


             I

Las manos son ritmo,
sangre y vida de razas,
latidos de corazones
transformados en palomas.

              II

Repique de tambores,
rojas las lonjas,
la carne llora
y el cuerpo tiembla.

             III

Palmoteo que se eleva
transformado en bulerías,
las manos arrancan un lamento
acariciando el cante jondo.

               IV

Las manos tienen colores,
son blancas. son morenas.
tienen movimiento propio,
piensan por sí mismas.

               V

Escudriñan el alma
hurgando en los sueños.
Las manos de allá,
las manos de aquí,

               VI

cadencias inmolándose al amor,
las manos de mi tierra,
las manos de tu mundo,
las manos de los dos.

                                  
                              
        Graciela Vera
 

 

 

Ilustración: 'manos' pintura de Alicia de Miguel

 

D - I - VAGANDO

D - I - VAGANDO

Es irreverente,
tal vez sea una incrédula,
aunque parezca incitadora
de la imaginación.

Tan ilustre con su sombrero
como inexistente, al diluirse
apenas esbozada: imantada
raya con idea de vocal.

La vida está incompleta,
si un inepto se olvida
que no es inmoral hablar de la eternidad,
resulta inestable, y casi  perdida.

Con su idealizada figura juncal
y su innato donaire
nos acostumbró a su incitante
imagen  de nimiedad.

indócil, se niega a cruzarse
entre idilio y ensueño
e indiscreta paga tributo
cuando resulta inconstante el amor.
   
               Graciela Vera

LLUVIA

LLUVIA

 

Son nubes deshilachadas
gorgoteando en parco chubasco
que no alcanza a fundirse
en los siete colores del arco iris.

Formaremos cordón umbilical
que unifique estrofas
sin chance de engaños.

Momentos deshilvanados
que alcanzan, para confundir otros
que no llegan a fenecer
por miedo a dejarnos sin quimeras.

Retozaremos en el lodo
cayendo una y otra vez
como beodos intérpretes.

Lluvia de primavera,
cual llanto, fría tibieza,
doncella descalza,
fraudulenta visión de la vastedad.

Cantaremos loas eternas
levantando copas de mirra
en imprevisto holocausto.

Estadíos calmos
envuelven el tormentoso letargo,
ofrenda transitoria
en aras de un todo.

Verteremos lágrimas,
hoy es momento,
confusa, la burla es real.


      Graciela Vera

Ilustración: foto 'Lluvia sobre cristal' publicado por concursos de ojodigital.net

LA VIDA

LA VIDA


Como un caballo desbocado
cruza la vida campos de nadas,
aferrándose a jirones de algo
que atenazan dolores de muchos.
Jinetes inexperimentes
sacudidos al vaivén de constricciones,
por penitencia: vivir.

Alegre tálamo nupcial,
a horcajadas del dolor
dichosa llega la doncella;
consumación imperfecta,
la posee quien sueña otros rostros
continuando la bochornosa cabalgata.

Embustes que no son
sino verdades a medias,
realidades que no importan
en el carrusel de la vida,
jinetes sin cabezas, que no piensan,
no ven, no dicen,
jinetes con cuerpos marchitos,
que sienten, sufren, gimen
en el silencio lúgubre, que ahoga
la ilusión de encontrar
algún día vida,
sin que resulte
otro chasco, la vida.

      Graciela Vera

ESFERAS EN EL ESPACIO

 

Bosquejos en azul marengo,
galiléica visión
apenas esbozada
por la débil luz de los cirios.

Se confunden los sentidos
en cataclísmico surgir
de pasiones y temores.
Idónea plétora de amores,
en eterno, perfecto movimiento.

Esfera cristalina,
emergiendo, rotando,
buscando un recóndito lugar
en la palidez de la Vía Láctea.

Imágenes estéticas,
líneas que se alargan,
se extienden y se diluyen,
perdidas en la inmutable
oscuridad del cielo nocturno,
asomadas como racimos de caricias,
escapando, siempre escapando,
de los rastros de un eterno Big Bang.


                      Graciela Vera

ATARDECER EN EL PLATA

ATARDECER EN EL PLATA

 

El Plata atrapa el rito diario
y el sol, naranja de lujuria
se sumerge en el horizonte,
explosionando en fuegos.

No hay tierras,
no existe el hombre,
solo Dios y mis ojos
en asombro de colores,
silenciosa cuna del ceibal.

El río como mar cambia,
el cielo se hace ocre,
surcan sus aguas reflejos de plata,
volcán inexistente que regurgita sueños
troncando nubes por algas de sangre.

Las dunas mueren entre brumas,
oriente tiende un manto oscuro
que se desgrana en resplandores
cuando la noche besa occidente
y una estrella nace del mismo río.


           Graciela Vera

LINDA MONTEVIDEO

LINDA MONTEVIDEO

Dejé Montevideo un 3 de noviembre del año 2000


Desde el aire te vi pequeña
en la majestuosidad de tus verdes,
el río como mar, en eterno beso
te ceñía por la cintura.

Te recordé en el bullicio
de las tardes de escuelas,
de túnicas blancas y moñas azules.

No quise olvidarme del Cordón
extendiéndose hacia el Obelisco,
ni de las calles de Palermo y del Barrio Sur.

Supe que iba a añorar las mañanas con los amigos,
en los sábados de la Ciudad Vieja,
y un paseo hacia la fortaleza,
subiendo las calles del Cerro.

Le dije adiós a los  verdes del Centenario y del Rodó,
a la que había sido mi casa,
a Boulevar, a Rivera, más allá a Punta Carretas.

Quedaron atrás Ramírez y tu Dieciocho,
y me olvidé de los sueños frustrados
cuando la Rambla se fundió en río.

Te perdí en un horizonte de nubes y soles,
de una Cumparsita tan tuya
como ese pedazo de mi corazón
con el que te quedaste por siempre,
linda Montevideo de mis recuerdos.


              

                           Graciela Vera

Foto gentileza Estudio Stonek

DOLOR

DOLOR


 

Es el dolor de toda mujer ante la impotencia
 por  los millones de niñas víctimas de la ablación.
 

Donde las líneas se difuminan
y el horizonte desaparece
en el resplandor de un cielo-mar,
allí surgen del desierto,
y en la ignorancia
mueren estando vivas
y viven sin existir.

Oí sus cantos desencajados,
lamentos y súplicas
y no quise que taladraran mis tímpanos
los gritos de las que no tienen voz.

Es tan tenue la frontera del dolor,
como esas notas difusas
que anegan la magistral sinfonía,
inconcreto divertimento
que el avaro compositor
se ufana en titular vida. 

Sangran en sus almas
las heridas del cuerpo;
adolescentes que no sueñan,
viejas de ilusiones,
por siempre negadas al placer.

¿No las escuchas gemir
más allá de la frontera
de este mar de esperanzas?
Ocultan entre tules
la vejación de ser mujeres.

No es de dolor ese aullido
celebrado en sórdido festín,
es la impotencia de no saber
que en alguna parte
existe la dignidad. 
   

         Graciela Vera

LA POESÍA

LA POESÍA

La poesía es un ruego,
que atravesando moléculas
se prende muy fuerte
en las entrañas de la vida.

Canto de estrellas
que no cuenta rimas
ni silabea tercetos.
Suspiro de adolescente
que sueña con el amor
y ama en sueños.

Poesía es el desgranar
en versos una caricia,
y elevar al cosmos
una mañana que ya pasó;
es abrirse al infinito
enroscando pretéritos.

Es la sencilla alegoría
con que un niño
pide ser adulto,
solo por el deseo
de robar un beso
a la luna del solsticio.

        Graciela Vera

GITANESCO

GITANESCO

 Envidio tu pueblo
 libre de recuerdos,
 tu vida en presente
 y tus mañanas inciertos.

 Porque soy paya
 me ata el horizonte
 y con los pies hundidos,
 veo alejarse tu mundo
 en un carromato de ilusiones.

 Sin patrias, sin fronteras,
 el espacio se torna calé,
 una hoguera como hogar,
 un niño de ojos grandes
 y una gitana danzando
 en vórtices de cuentas de colores.

                                Graciela Vera
          

DEFENSA DE LA YE


Dice mi ‘marío’ que aquí,
donde no dan ni una ‘chica’
por los sudacas llegados,
su ‘muhé’ –esa soy yo-,
debe ‘mejorá’ su dialecto
utilizando de las palabras
solo las más selectas,
que no es lo mismo
cuando de idiomas hablamos
 el uruguayo que el español.

Y yo que aprendí
que ‘ciudá’  termina en dad,
que el vino ‘rosao’ es el  rosado
y que si soy ‘quería’
debería ser querida,
desespero por decirle
que no entiendo lo que hablan
andaluces y gallegos.
Parece mentira
que de tal jerga se jacten
y no sepan recrear
los sonidos de nuestro ‘buen hablar’.

Dice –mi ‘marío’- que digo ‘che’
cuando pronuncio ‘ye’
y por un supuesto bien hablar
cercenar pretende
mi querida ‘yorugués’.

No encuentro como disfrutar
ante tanto requisito,
del cosquilleo que produce la ye
cuando escapa rozando el paladar,
casi provocando un orgasmo nasal.

Y al no encontrar orientales
de uruguayos pagos,
busco consuelo a la pena
de sentir tan castrado y denotado
tan delicioso sonido.
Que resulta muy querida la ye
-tan querida señores, tanto,
como la españolísima eñe-.


Vean como el paladar se excita
solo de esperar su suave caricia,
procuro hallar quién lo entienda
y encuentro en hermanos argentinos,
-que no es América toda la misma-
que la ye sigue sonando igual
que en los pagos rioplatenses;
muy distinta a la tímida elle.

Unidos hacemos público
un manifiesto peculiar:
pedimos paciencia y tolerancia,
para con nuestra amada ye.
Seguro que el español tan respetuoso,
a nuestra jerga se acostumbrará
antes o después –no importa-,
que nuestros oídos logren hacerlo,
al sonido que logran extraer
a esa hache que yo creía no sonaba
y aquí la aspiran los vecinos
que llegan de la comarca,
provocando tal ronquido
y demostrando en el acto su habilidad
para no atragantarse con la lengua.

Digo yo – es para pensarlo-,
si vine a España
porque no era país gringo
y me cuesta entender lo que hablan,
que aquí el castellano se dificulta,
más que el inglés y  el francés
y casi tanto como el alemán,
resulta entonces  que al final
nos es más  fácil entender a un tano.

¡Señores!
Antes de rechazar lo ajeno,
en pagos de ‘variedá’
 ¡Enseñad a modular!
que en la España de Cervantes
en cada villa,
pueblo o “ciudá”
al pobrecito castellano
martirizan sin “piedá”.

                  Graciela Vera

Imágenes reflejadas,
creadas una en el espejo,
la otra en el alma,
auténtica una,
la otra ilusión.
Los pensamientos son
mente que vela realidades
y, envueltos en  tules,
fantasías en los rincones
donde penan los sueños.
Allí donde van a llorar
cual creaciones fenecidas,
las imágenes escapadas
del espejo ya sin vida,
que esconden verdades,
mintiendo nuevas imágenes

                             Graciela Vera